DOMINGO
28 DEL AÑO (B)
“ser discípulo: invertir todo en el reino”
Liturgia:
Sabiduría 7, 7-11; Carta a los Hebreos 4, 1.2-13;
Marcos 10, 17-30
Marcos 10, 17-30
Introducción:
Seguimos con las
instrucciones respecto del discipulado. Desde hace tres domingos hemos destacado
una característica nueva que no puede ser vista como fenómeno aislado, sino
como un conjunto que confiere la identidad del discípulo de Jesús. Vale
recordar cada una de estas características para seguir en este aprendizaje que
tiene como fundamento las enseñanzas de Jesús. Las características vistas hasta
el momento fueron la humildad, la no rivalidad y poder volver al proyecto
originario de Dios. Hoy el Mesías nos dirá que para ser discípulo es necesario
invertirlo todo, pero no invertir en negocios pensando en las ganancias
terrenales, sino que es poder invertir todo en el Reino.
Escuchemos el cuento (“LA
RIQUEZA”), y busquemos entender lo que es más importante en la vida. El cuento
es la historia de un padre rico y su hijo que salen a pasear.
Era una vez un padre de familia muy rico que salió de paseo con su único
hijo. Fue un viaje lindo de los dos por el campo. El padre tenía el firme
propósito de hacerle ver cuan podres son las personas del campo. Estuvieron al
cabo de un día y una noche en una granja de una familia campesina muy humilde.
Al volver y ya estando en su casa, el padre le llama a su hijo, ambos toman
asiento y el padre le dice al hijo:
- Hijo, ¿qué te pareció el viaje?
- ¡Muy bonito, papá!
- ¡Viste qué tan pobre puede ser la gente!
- Sí, papá, me di cuenta.
- Y ¿qué aprendiste para tu vida?
El hijo le contestó:
- Vi que nosotros tenemos un perro en casa, ellos tienen cuatro. Nosotros
tenemos una pileta que llega de la barda a la mitad del jardín, ellos tienen un
arroyo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio,
ellos tienen las estrellas. Nuestro patio llega hasta la barda de la casa, el
de ellos tiene todo un horizonte. Ellos tienen tiempo para conversar y
compartir en familia, vos y mi mamá tienen que trabajar todo el tiempo y casi
nunca los veo.
Al terminar el relato el padre se quedó mudo y el hijo agregó:
- ¡¡¡Gracias, papá, por enseñarme lo ricos que podemos llegar a ser!!!
Según el cuento, compara
los dos tipos de riqueza que aparecen.
¿Qué enseñanza nos deja
el pensamiento del niño?
Leer el texto del Libro
de la Sabiduría 7, 7-11 y compararlo con el cuento.
¿Cuántos tipos de riqueza
aparecen en el texto?
Como conclusión de
nuestro diálogo, ¿Cuál la riqueza más grande?
CATEQUESIS PARA PADRES
Todos
queremos entrar en el cielo, tener vida eterna o la salvación. Solo que entrar
en la vida para siempre, salvarse, no es cosa de hombres, es obra de Dios. Y
Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la
verdad. Para eso, lo primero que tenemos que pensar es que Dios nos envía a su
Hijo y nos pide que lo escuchemos (evangelio de la transfiguración).
Debemos
pensar que estamos en el contexto de las enseñanzas de Jesús a sus discípulos.
Estas enseñanzas nos sirven a nosotros hoy que queremos seguirlo. No podemos
entrar en la vida eterna si no lo seguimos, si no lo escuchamos, si no nos
proponemos a poner en práctica lo que él nos enseña (el amor y la fe son
acciones – evangelios anteriores).
Veamos
el evangelio qué nos dice a ese respecto: Mc
10, 17-30.
¿Cuál
es el contexto? Hay dos tipos de riquezas, ¿cuáles son?
¿Qué
Jesús le pidió al joven rico?
¿Cómo
asociamos con lo que vimos del cuento y la lectura del Libro de la Sabiduría?
LA CATEQUESIS COMPLETA EN DESCARGAS
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