DOMINGO 16 DEL AÑO (B)
“JESÚS SABE DE NUESTRAS
NECESIDADES”
Liturgia:
Jeremías 23, 1-6; Efesios 2, 13-18; Marcos 6, 30-34
Introducción:
La semana pasada vimos que
Jesús nos envía a predicar, a dar continuidad al proyecto de la construcción
del Reino de Dios. Los discípulos van a los lugares dónde el mismo Jesús debía
ir personalmente. Los discípulos son representantes de Jesús a través de la
palabra y de los hechos, expulsando a los espíritus impuros, sanando y ungiendo
a los enfermos. Es una tarea no tan fácil y por eso también cansadora.
Jesús sabe que la función
y misión dadas a sus apóstoles no es tan fácil, por eso en un determinado
momento les dijo que los enviaba como ovejas en medios de lobos (Mt 10, 16) y
los discípulos tienen poder para ayudar a los necesitados para que hagan por
los demás lo que Jesús hizo por ellos, para aprender a dar gratuitamente lo que
recibieron gratuitamente (Mt 10, 7).
Hoy veremos como vuelven
los apóstoles maravillados y Jesús los llama a descansar. El descanso es fundamental
en la vida de un apóstol, en la vida de un misionero, en la vida de un
catequista, en la vida de cualquier grupo. Pero percibiremos que descansar no
es alejarse del Señor, del Maestro. Descansar no es salir de vacaciones y
olvidarse de los compromisos asumidos con Dios, con los sacramentos, con la
Iglesia. Descansar no es dejar de percibir las necesidades de la gente, de
nuestro prójimo o no.
El evangelio de hoy nos
dejará dos grandes enseñanzas: el valor de la soledad e interiorización (el
descanso) y el valor de servir a los que más necesitan, aunque estando cansado,
porque Dios es nuestro conforto y nuestro descanso.
Veamos en este cuento lo
que es estar atentos a las necesidades de los demás, olvidándose de nuestra
propia necesidad. (El cuento está en la hoja anexa).
LA
NECESIDAD DEL OTRO VALE MÁS QUE LA MÍA
¿Qué
nos pareció el cuento? ¿Qué valor está siendo destacado en él? ¿Es fácil pensar
en los demás, en sus necesidades más que en nosotros mismos, nuestras
necesidades? ¿En nuestra sociedad se ve este valor a menudo?
La
Solidaridad es un valor que nos ayuda a ser una mejor sociedad y que no
solamente debe vivirse en casos de desastre y emergencia. Pensamos en la
Solidaridad como una actitud que debemos asumir en emergencias y desastres, sin
embargo, la Solidaridad es una característica de la sociabilidad que inclina al
hombre a sentirse unido a sus semejantes y a la cooperación con ellos. Podemos
manifestar esta unión y cooperación, cada vez que procuramos el bienestar de
los demás, participando en iniciativas que nos impulsen a servirles, como puede
ser la visita a los enfermos en un hospital, haciendo colectas de ropa y
alimentos para los más necesitados, etc.
La
solidaridad es la ayuda mutua que debe existir entre las personas, no porque se
les conozca o sean nuestros amigos, simplemente porque todos tenemos el deber
de ayudar al prójimo y el derecho a recibir la ayuda de nuestros semejantes. Es
un deber cristiano, porque nuestra fe nos impulsa a tener los ojos abiertos a las necesidades de los demás y a
hacer por ellos lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros.
Qué
agradable es el momento en que un desconocido se ofrece a ayudarnos a levantar
los objetos que han caído de nuestras manos o cuando necesitamos de una
información y nos la dan, son pequeños detalles que en nuestra vida de
cristianos tenemos que practicar siempre.
El
evangelio de hoy nos hablará de algo así, la solidaridad, la compasión de
Jesús. Veámoslo:
LA CATEQUESIS COMPLETA CON EL CUENTO Y ACTIVIDAD EN DESCARGA
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