Autor: Ignacio Iglesias, S.J.
Sigue curvado sobre mi, Señor,
Remodelándome,
Aunque yo me resista.
!Qué atrevido pensar que tengo yo mi llave!
!Si no sé de mi mismo!
Si nadie, como Tu,
puede decirme lo que llevo en mi dentro.
Ni nadie hacer que vuelva de mis caminos
que no son como los tuyos.
Sigue curvando sobre mí, tallándome,
aunque a veces de dolor te grite.
Soy pura debilidad -Tu bien lo sabes-,
tanta, que, a ratos
hasta me duelen tus caricias.
Lábrame los ojos y las manos,
la mente, la memoria
y el corazón,- que es mi sagrado.,
al que no te dejo entrar cuando me llamas.
Entra, Señor, sin llamar, sin permiso.
Tu tienes otra llave, además de la mía,
que en mi día primero, Tu me diste,
y que empleo, pueril, para cerrarme.
Que sienta sobre mí tu "conversión"
y se encienda la mía del fuego de la Tuya,
Que arde siempre, allá en mi dentro.
Y empiece a ser humano.
a ser humano,
a ser persona
Mens. 9-7-87
"Quiero la conversión de los hijos a Dios y la consagración a Mi Corazón de Madre".
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