Así también nosotros, mientras éramos niños, estábamos sujetos a servidumbre bajo las cosas elementales del mundo. Pero cuando vino la plenitud (el cumplimiento) del tiempo, Dios envió a Su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, a fin de que redimiera a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción de hijos. Y porque ustedes son hijos, Dios ha enviado el Espíritu de Su Hijo a nuestros corazones, clamando: "¡Abba! ¡Padre!" Por tanto, ya no eres siervo, sino hijo; y si hijo, también heredero por medio de Dios.
Gálatas 4, 3-7
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"SOY TU FIEL AMIGO"
"Dejen que los niños vengan a mí,
porque de ellos es el Reino de los cielos"
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